lunes, septiembre 04, 2006

Peleando a distancia...

En la actualidad existen tantas formas de comunicarse que los encuentros se pueden presentar de diversas maneras, desde el coincidir en una vía pública, hasta encontrarse en una sala de chat, con lo que, lo que menos importa en estos días es cómo se conocieron, o la manera en que se mantiene el contacto...

Aún más irrelevante que lo anterior, lo es la distancia que existe entre las dos escencias que se persiguen, que buscan encontrarse, pues un celular o una computadora eliminan los kilómetros que los dividen, todo con sólo oprimir un botón, y he aquí como la tecnología vuelve a diversificar la clasificación de las relaciones humanas.

Muchos planteaban que aquello de amor de lejos... no funciona, pero al parecer en estos tiempos, donde cada vez nos encontramos rodeados de más personas y de comodidades, es cuando la soledad invade a una mayor cantidad de persona, y muchas de ellas encuentran refugio en un mail, una conversación, un mensaje y/o una llamada, y donde la fidelidad a distancia, al no exigirse, se presenta...

Vaya que la naturaleza humana es extraña y responde de manera muy peculiar a los avances tecnológicos, todo es cuestión de adaptarse, y ante tal situación nosotros también hemos tenido que hacerlo, o al menos puedo decir que yo lo he hecho...

Parecía que la separación era inminente, que al terminar la etapa que nos unió todos los días por varios años, nuestras ocupaciones y estilos de vida habían dado fin a nuestra relación, pero por suerte, en una forma extraña, seguimos en contacto, unidos y luchando por seguir y sacar lo nuestro adelante, henos aquí peleando a distancia gracias a la tecnología, tratando de enviar en líneas y dibujos nuestras emociones...

Para con algunos han sido días, para otros meses, incluso años, pero lo extraño es que siento que ya no es lo mismo, el matiz ha cambiado y nos ha llevado de extrañar la presencia a no sufrir la ausencia de un cuerpo... me atrevo a pensar en ocasiones que tal vez el vernos ya no es una necesidad inminente, aunque no niego que en ocasiones extraño el sonido de la voz y la expresión de un rostro, me encanta creer la fantasía de estar en contacto directo con el alma, con la escencia de aquellos que se encuentran del otro lado de la pantalla.

Algún día terminará la separación y podré responderme a la interrogante de saber si realmente necesito un cuerpo que de vida a las palabras que tus dedos envían hacia mis ojos, a las emociones y sentimientos que me transmites al leer mi monitor, o si prefiero que tu existencia, tu voz y tus gestos queden en mi mente, como proyección de un recuerdo e invento de una ilusión...