lunes, agosto 28, 2006

Te invito a mi vida...

Dando paseos por la distancia, recobrando recuerdos de mi corazón, dibujando sonrisas con mis labios y pensando en un futuro mejor, te invito a mi vida...

Te invito a mi vida... Cinco palabras en la portada de un día que te guía a seguir a través de él

No dudes en seguir a lo largo del tiempo, pues dentro de esta invitación podrás encontrar grandes emociones, inmensas recompensas y un enorme diluvio de emociones.

Tienes un lugar en mi corazón... El contenido de la tarjeta que la faena de un día especial te da

Nunca sabes lo que te encontrarás a lo largo del día, una mañana que pareciera normal podría convertirse en el mejor día de tu vida, donde aceptes la invitación de un extraño y dejes que entre en tu rutina, para así sacar a la soledad de tu corazón...

Vuelve proto... La despedida perfecta para una invitación del destino

Una promesa de fe, que no pide compromisos pero que devolverá ilusiones.

Este tipo de invitaciones pueden estar volando alrededor nuestro a diario, pero sólamente en ocasiones muy particulares nuestros ojos las perciben, y en casos aún más raros nuestra mente permite que aceptemos.

Te invito a mi vida, puedes aceptar y entonces empezaremos una nueva historia, amistad, amor, enseñanza, dejemos que la nombre el tiempo...

Te invito a mi vida, puedes decir que no, no hay problema, nadie se lastimará, será una enseñanza de como aceptar el rechazo...

Te invito a mi vida, ¿qué dices?

domingo, agosto 20, 2006

Terapia al corazón

Hace mucho que no escribía, pero es que no sabía que plasmar en líneas, o tal vez no encontraba las palabras para narrar todo lo que ha sucedido últimamente... Ahora, creo que esta entrada puede conjuntar un poco de todo bajo este tema.

Más allá de las enfermedades cardiacas que existen y pueden acechar al músculo que nos inyecta vida, hay afecciones del corazón que pueden dañarnos profundamente y que nos llevan a cometer locuras, a cambiar, a decepcionarnos, en fin, ese tipo de lesiones que ningún doctor puede diagnosticar ni curar de una manera sencilla, que sólo el tiempo y el cariño pueden sanar, o al menos controlar.

A lo largo de este tiempo que me desaparecí, pude ver a muchos clientes de este tipo de enfermedades, incluso me podría contar entre ellos, y se me hizo muy curioso que aunque los síntomas son tan parecidos, es difícil encontrar la cura, y aún más, que los pacientes recuperados hagan recomendaciones para salir de este estado, no se si porque cada caso en diferente, o porque ni siquiera sabemos como llegamos a sanar esa herida, en que momento sucedió, o es sólo que no encontramos las palabras para pasar la receta...

Y siendo así, ¿cómo se puede dar terapia al corazón? ¿qué se hace cuando un amigo se acerca buscando la manera para aliviar su dolor? ¿qué hacer cuando has pasado por eso y lo comprendes, pero no tienes idea de como sanar su pena? ¿y qué hacer cuando ni siquiera puedes sanar tu pena?

No he podido encontrar las respuestas, ni siquiera siendo una terapeuta constante en estos temas, lo único que puedo hacer es estar ahi, intentar comprenderlos, demostrarles que hay más razones para que el corazón lata, más cariños que pueden darles calor, más personas que pueden llenarlos...

Dar terapia a un corazón roto es muy difícil, pero curarte cuando te enfrentas a algo así es un reto para el que cada quien está preparado en manera distinta, los tiempos, las formas, las lagrimas y las heridas son tan personales como la huella digital, como el sello al besar y como el latir al amar, por lo que no deben presionarse, pasen por este proceso y verán que algún día todo será diferente y sólo serán personas más fuertes y valiosas, listas para lo que sigue, para la felicidad y el amor.